jueves, 11 de junio de 2009

Propuesta

¿Por qué etiquetar?
Observamos una tendencia a la exposición en internet facilitada desde el anonimato, con posibilidad de editar la información que uno muestra de sí mismo. Entonces, si nos exponemos ante una red de usuarios, escondiéndonos detrás de una pantalla, ¿qué pasa cuando salimos a la calle y somos nosotros mismos? ¿Nos mostramos como somos?

Por otro lado, etiquetar es sinónimo de clasificar y categorizar. La pregunta es ¿bajo que criterio se establecen éstas categorías? ¿Quién lo controla? Veamos la siguiente definición que propone Wikipedia acerca de la folcsonomía:
es una indexación social, es decir, la clasificación colaborativa por medio de
etiquetas simples en un espacio de nombres llano, sin jerarquías ni relaciones de parentesco predeterminadas. Se trata de una práctica que se produce en entornos de software social cuyos mejores exponentes son los sitios compartidos como del.icio.us (enlaces favoritos), Flickr (fotos), Tagzania (lugares), flof (lugares) o 43 Things (deseos). Las folcsonomías surgen cuando varios usuarios colaboran en la descripción de un mismo material informativo.
Significa literalmente "clasificación gestionada por el pueblo (o
democrática)".
http://es.wikipedia.org/wiki/Folcsonom%C3%ADa

Nuestras dudas apuntan a los criterios de que rigen el proceso de etiquetación. Estos no sólo son arbitrarios desde el punto de vista que cualquier usuario puede proponer la etiqueta que le plazca (con lo cual también se genera cierta "desinformación" o cuestionamiento de la veracidad de tal información); sino que además corremos el riesgo de transponer los modelos sociales de etiquetación en un marco globalmente complejo, como lo es la Web.
De esta forma, nuestra propuesta es ver cuál es la reacción de la gente ante la exposición en la vía pública tal como lo hacemos día a día en Internet, clasificandonos a nosotras mismas, aplicando y evidenciando nuestros propios criterios de "indexación" con nuestra misma presencia física. Nos gustaría que nuestra intervención logre despertar un poco la conciencia sobre el hecho de que nosotros somo quienes construimos la web y, en consecuencia, la naturaleza de la misma no es 100% confiable, especialmente porque tenemos la libertad de crear nuestras propias reglas del juego. Podemos opinar, hablar, "informar" prácticamente de cualquier cosa, incluso de temas que escapan a nuestro sentido común; pero es un arma de doble filo, porque si bien nos encontramos frente a un campo de expresión mucho más abierto que hace 5 años atrás, el anonimato o la falsa identidad desde donde emitimos nuestras palabras también nos dan el lugar para generar contenidos gratuitamente, sin filtrar ni hacernos cargo.

Volviendo a la práctica, dividimos nuestra estrategia en tres etapas de intervención cuyos registros iremos subiendo al blog, seguidos de conclusiones analíticas:
1_ Testeo de reacción de los pasajeros del subte
2_ Incorporación de más personajes etiquetados en la vía pública
3_ Mayor cantidad de personas etiquetadas, interviniendo a la gente que se acerca.




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